A solas con Dios

Quiero iniciar este articulo con el versículo de Filipenses 2:2 "Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa"



En donde estés tendrás pruebas, tristemente unas más duras que otras, de esos momentos en donde no quieres hablar con nadie; quieres estar a solas contigo mismo y solo deseas ser la Ãºnica persona en el universo, que nadie te moleste y que no te hablen, solo deseas escuchar el sonido de tu llanto y ver las lagrimas recorrer tu rostro cayendo y teniendo un rompimiento con el suelo. Observas muy de cerca porque estás allí, justo arrodillado pidiendo no haber pasado nunca esa prueba. En esos momentos me encuentro yo.



Observo desierto a donde pongo mi mirada, ¿por qué? grito al cielo. Sabiendo que todo pasa por un propósito y aún me encuentro con mi llanto. 



Hoy Dios me habló y pude comprender porque estoy en el desierto, porque estoy en esa prueba. ¿Por qué yo?¿Por qué yo? (Le cuestioné llorando) y él con su dulce presencia me abrazó y me habló:

-"Mi hijo, mi bebé, te he traído a este lugar porque vi que necesitabas de mí. Y aquí estamos solos. Tu y yo"


Allí comprendí que en el desierto, no encuentro nada y es cuando me veo incompleto y sé que Jesús es el único que puede llenar y renovar mis fuerzas. Así como lo hicieron aquella vez los israelitas, que pasaron mucho tiempo hasta que fueron pulidos para llegar a la tierra prometida; de esa forma Dios desea hacerlo con todos los que le seguimos, porque sabemos que en Dios tenemos esperanza de una nueva vida en él. 



Y aunque duele en el alma y en el corazón, he aprendido que todo es un proceso para llegar al éxito. Bendiciones y nos estamos leyendo en otra ocasión. 


Por Samir Ospino

     


Share:

0 comentarios